
Lugo enogástrico
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Discurso de ingreso de Jesús Arsenio Díaz García
diciembre 11, 2024DISCURSO DE INGRESO DE JOSÉ IGNACIO VIDAL PARDO COMO MIEMBRO DE NÚMERO DE LA ACADEMIA GALEGA DE GASTRONOMÍA
Buenos días:
Ilustrísimo presidente de la Academia Gallega de Gastronomía, distinguidos académicos, señoras y señores:
Representa una gran satisfacción en este día de San Bernabé, «Apóstol de la Alegría», acudir para el acto de la recepción como académico titular de número de la Academia Gallega de Gastronomía.
En primer lugar, quiero agradecer la designación, que baso más en la amistad y afinidades que en mis propios merecimientos. Gracias al Presidente, a la Junta y a todos los que en ello hayan podido influir, pero insisto en que para mí es un gran honor y me produce una honda satisfacción.
Mi vinculación con la gastronomía me viene dada por dos motivos: afición y obligación. Afición desde la infancia al disfrute de la buena mesa, tengo que decir que con la consiguiente lucha continua contra el sobrepeso. Obligación, por mi profesión relacionada con la Nutrición y la Dietética; esta ha sido siempre una relación, por tanto, ambivalente, y en alguna ocasión hasta neurótica o esquizofrénica, para lograr el punto medio entre el placer y la salud. Seguimos en ese empeño.
Por mor de la brevedad y no agotar su paciencia, me referiré al personaje elegido para dar nombre a la ”cadeira “.
Este es don Pedro Mexía, probablemente muy conocido para muchos de los aquí presentes, pero del cual quisiera dar unas pinceladas.
Nace en Sevilla en 1497 pero, según atestiguan historiadores como R. Caro o Luis Alburquerque, de antepasados gallegos incorporados a la bética durante el periodo de reconquista por Fernando III el Santo, a mediados del siglo XIII. A su nacimiento pertenecía ya a la baja nobleza sevillana.
Fue su primer biógrafo Francisco Pacheco, suegro del pintor Velázquez, y también autor del retrato que ha llegado hasta nuestros días. Pero Mexía estudia leyes y humanidades en Salamanca, también se le señala como diestro en las armas (al parecer soldado de Carlos V) y estudia, asimismo, astronomía y matemáticas, habiendo llegado ser Cosmógrafo de la Casa de Contratación de Sevilla, por lo que también fue apodado en la ciudad como “ El Astrónomo”.
Además de su trabajo intelectual, realiza actividades públicas y llegó a detentar cargos como el de alcalde de la Santa Hermandad de Sevilla, Caballero24 o regidor municipal; fue designado Cronista Imperial de Carlos V, sustituyendo en este cargo al obispo mindoniense fray Antonio de Guevara, tan citado por Cunqueiro.
Fallece tempranamente en 1551, tras haber padecido una debilitada salud. Refiere Pacheco, que «era hombre austero y enjuto, que no dormía más de tres horas», dedicando las noches a su tarea intelectual. Como hecho curioso, afirma que “ por sus conocimientos de astronomía y cosmología, había predicho su muerte a causa de un sereno” y, considerando el autor que la parte más importante del organismo era la cabeza, se la cubría con dos bonetes por debajo de la gorra, por lo que también fue conocido por “El Sabio de los siete bonetes”. No salía nunca después del atardecer en sus últimos 15 años, pero no conocemos exactamente la causa de la muerte y como pudo influir en ello “el sereno”.
Personaje muy respetado en la época, que se carteaba con Luis Vives, Erasmo de Rotterdam y otras personalidades, es autor de una extensa y variada obra. Destacan en ella, «La historia imperial y cesárea» editada en 1548, «La historia del emperador Carlos V» (inconclusa a su muerte y editada tardíamente), pero, sobre todo, lo hacen muy conocido dos libros: la “Silva de varia lección” y los “Diálogos”.
La “Silva de varia lección”, verdadero best-seller de los siglos XVI y XVII, trata – como su nombre indica- muy diversos temas de forma desordenada, con intención divulgativa y también de entretenimiento. Se llegaron a hacer unas 130 ediciones en Europa, traducida a varios idiomas como el italiano, francés, inglés, holandés y alemán. Ha sido fuente de inspiración, y también de crítica, de autores como Montaigne, Shakespeare o Cervantes.
¿Su relación con la gastronomía?
El aspecto enjuto y austero de Mexía parece indicar que la gastronomía no figuraba entre sus aficiones, pero en la Silva, y lo resalta especialmente la Real Academia Española de Gastronomía, destaca la descripción de la función y efectos de algunos productos como el vino, el uso de hielo y hasta la ingestión de la carne de víbora. Del vino nos recuerda qué “uvo médicos dijeron ser saludable y alguna vez embriagarse”.
Entre sus diálogos figuran los dos Coloquios del convite que revelan su aprecio por algo que suele ir asociado con la gastronomía: la conversación y la amistad. En estos coloquios se reproduce el encuentro de varios amigos que quedan para comer, y, al día siguiente, asistimos a su charla en torno a la mesa. Los seis personajes hacen comentarios sobre cómo debe ser la comida, el comportamiento de los comensales y qué temas de conversación deben evitarse. Expone las condiciones que han de requerir los convites, así dicen: “que participen convidados de buena conversación y virtuosos, que se realicen en tiempo o momento adecuado y en lugar decente y bueno”. Añaden que en el aderezo y los manjares deben cuidarse con primor y cuidado, sin llegar a los extremos de los banquetes de Heliogábalo; advierten que los invitados no deben ser muy habladores ni muy callados, porque “el hablar y predicar es para el púlpito y el callar para la cama”. En la conversación mezclan todo tipo de cuestiones, alternan las serios o eruditas con las anécdotas y sucesos chistosos; también surgen temas dietéticos, como la conveniencia de tomar un manjar único o la mezcla de varios. Según afirman estos comensales sevillanos del siglo XVI, en los convites solo quedan excluidos dos asuntos: los temas serios “no se traten a la mesa negocios pesados, ni graves, sino alegres y fáciles”, y las murmuraciones: -No se ha de roer la vida de ningún ausente, ni los convidados escarnecer ni burlar unos de otros. Para Pero Mexía, alrededor de la mesa se unen los placeres de los sentidos, los placeres de la mente y los sentimientos de amistad.
Muchos otras citas del autor podrían hacerse, pero no quiero causarles mayor cansancio y tiempo libre habrá para comentar de ellas.
Reitero mi agradecimiento y pido disculpas por lo tedioso que haya podido ser con estas palabras
