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Buenos días Sr. Presidente de la Academia Gallega de Gastronomía, académicos y académicas, autoridades, señoras y señores.
Desde la cuna me han enseñado que es de bien nacida ser agradecida. Por tanto, permítanme que mis primeras palabras sean de agradecimiento a esta Academia
Gallega de Gastronomía por haber depositado en mí la confianza para aceptarme como Académica Titular y, especialmente, a su Presidente, Francisco GarcíaBobadilla, y a Darío Villanueva, por proponerme.
Es para mí un honor ingresar en la academia, teniendo en cuenta que voy a ser una de las pocas mujeres académicas. Y, por eso mismo, es una satisfacción doble, ya
que reivindico una mayor presencia de las mujeres en todas las instituciones, incluidas las academias, para poder ocupar lugares que históricamente nos fueron
negados.
Las mujeres en la sociedad han sido y somos claros ejemplos de fortaleza y jugamos un gran rol en todos los ámbitos de nuestra sociedad por lo que es necesario visibilizarlos.
Pero si hay un lugar en el que tradicionalmente las mujeres eran las jefas, ese es la cocina.
Estamos en una academia de gastronomía, por tanto, quiero hacer un reconocimiento a esas mujeres entre fogones, que formaron lo que sin duda son los orígenes de nuestra envidiada gastronomía. No debemos olvidar de dónde venimos, ni el nombre de las cocineras, mujeres que, sin mayor pretensión, “daban de comer”. Mujeres anónimas para la sociedad, pero imprescindibles para cada una de las personas que estamos aquí … nuestras madres y abuelas, que, sin ser profesionales, han sido las guardianas de nuestra cocina auténtica, consiguiendo que el olor y sabor de sus guisos, sean para nosotros entrañables y aferrados recuerdos que nos proporcionan un tremendo bienestar.
Uniendo todo lo que acabo de decir, paso a describir los motivos, pues son varios, de la elección del nombre de mi silla o cadeira: Maruja Mayo:
- Quería un nombre de mujer y ella lo es.
- Quería un nombre unido a mis orígenes, de los cuales estoy muy orgullosa. Nací en Ferreira do Valadouro, en A Mariña lucense. Maruja Mallo, es decir, Ana María Gómez González, nació en Viveiro, también en A Mariña, en enero de 1902.
- Quería también el de una persona que defendiese los derechos de la mujer y ella lo hizo durante toda su vida. Fue una pintora surrealista de gran talento, artista de la generación del 27, dentro de la denominada vanguardia interior española, y supuso la encarnación de la nueva mujer libre y emancipada.
- Y, por último, también quería a una persona que le diese importancia a los alimentos y a su origen. Y Maruja Mayo los representa en muchas de sus obras ya que hay claras referencias a esta temática. Conocida es la frase que utilizaba Dalí para definirla «Maruja Mayo es mitad ángel, mitad marisco”. Y este marisco se representa en la obra “La naturaleza viva” en donde se encuentra una vieira y una caracola. Las conchas también son protagonistas en otra obra
“Máscaras”. Los pescados aparecen en “Figuras” y en “Arquitectura humana”, obras en las que también se reflejan las artes de pesca. También los alimentos de origen vegetal están representados en cuadros como “El racimo
de uvas” en el que también se refleja la viña.
Y, por supuesto, los cereales también están presentes en los cuadros “El canto de las espigas” y “La sorpresa del trigo”. A este último hago referencia en alguna de mis conferencias ya que en el centro del cuadro hay una mujer que simboliza la madre tierra, que lleva en una mano las semillas del cereal y en la otra las espigas, lo que representa el proceso de germinación del trigo.
Por tanto, créanme si les digo que me siento profundamente orgullosa de poder pertenecer a esta institución llevando asociado a mi nombre el de esta ilustre mariñana.
Con mi ingreso va implícito mi serio compromiso público de seguir investigando, defendiendo, enseñando y promoviendo la gastronomía, en general, y la gallega en particular.
Pero teniendo en cuenta que no es posible hablar de cocina y gastronomía sin hacerlo de las materias primas necesarias para la elaboración de los platos y de cómo prepararlos para mantener una dieta saludable. Por ello, me comprometo a seguir haciendo una defensa también de la producción primaria, ya que no debemos olvidar que Galicia es una Comunidad eminentemente agraria, ganadera y pesquera. Tenemos todas las condiciones para la producción de alimentos propios, autóctonos y, por tanto, sostenibles. Es necesario apostar por las grandes oportunidades que nos ofrece nuestra tierra, nuestros ríos y nuestros mares en términos de recursos naturales, salud y sostenibilidad. Con ello estamos contribuyendo a nuestra soberanía alimentaria.
Si a eso unimos que, a partir de esa estupenda calidad de los alimentos, utilizamos técnicas culinarias muy simples, la combinación es perfecta para poder llevar a cabo una alimentación saludable, en la que estaríamos priorizando el consumo de alimentos frescos, de proximidad y de temporada.
Tenemos una gran riqueza gastronómica, con platos que están asociados a nuestra propia cultura y, por supuesto, sin olvidarnos del buen pan tradicional que los debe acompañar y que debemos evitar que se pierda. Todas estas preparaciones culinarias son reconocidas en cualquier lugar porque también suponen un disfrutepara los sentidos.
Por último, y para finalizar, solo quiero destacar que el compromiso que adquiero con la gastronomía gallega es un compromiso fácil para mí porque es lo que he estado haciendo desde los inicios de mi carrera investigadora y docente, que está dedicada a la caracterización de nuestros alimentos, a la defensa de la soberanía alimentaria y a promover la alimentación saludable.
Muchísimas gracias a todas las personas que han contribuido de alguna forma a que yo haya llegado hasta aquí.
Gracias!
Mª Ángeles Romero Rodríguez